Víctor Herrera
Me llamo Víctor, nací en Sevilla 21 enero de 1970 y, con un añito, me trajeron a San Juan de Aznalfarache. Mis mejores recuerdos son en la calle Logroño, jugábamos a la pelota y nos encantaba ir a la fábrica de los donuts donde estábamos todos expectantes a la hora que salía el encargado para ofrecernos los donuts defectuosos y nos poníamos las botas a merendar gratis. Recuerdo que decía… si no os peleáis y repartís como buenos amigos/as, mañana ya sabéis, a la misma hora. El chollo nos duró cuatro o cinco años, hasta que cerró la fábrica.
De mi juventud en el pueblo tengo muy buenos recuerdos, me formé como herrero y fontanero, pero más tarde trabajé de vigilante. Luego estudié para quiromasajista, que en la actualidad ejerzo según demanda. Estoy divorciado y con la custodia desde los seis años de mi hija Desiré, a día de hoy tiene 23 y puedo decir que es lo mejor que me ha pasado en la vida.
Tanto a mi hija como a los jóvenes, cuando tengo la oportunidad les digo que esta vida no es de color de rosa, pero que si lo ves todo en negro, de uno mismo depende cambiar de color.
Me considero un hombre con suerte, pienso que todavía hay gente de buen corazón. Este pueblo tiene mucha y de diferentes lugares. Aquí están enterrados mis padres, pero conmigo llevo lo mejor de sus recuerdos y sé que me acompañan siempre en los momentos buenos y menos buenos.